Niños perfectos

Cuando llega el momento de hacerles una foto, uno mira a un lado, otro al lado opuesto y el tercero sale con cara rara. No hay quien saque una foto en condiciones
¡Venga chicos sonreír! Ninguno mira la cámara y haciendo payasadas😂

¿Cómo? ¿Niños perfectos? Tápense los ojos, las madres de hijos perfectos, Aviso: abandonar este texto, no os va a aportar nada.

Esta publicación es sólo para las madres/padres de hijos imperfectos. Para esos que somos imperfectos, para los que tenemos parejas imperfectas, y para, Señoras y Señores, redoble de tambores, ¡tenemos vidas imperfectas! Ser padres es un regalo divino pero educar y enseñar es un trabajo humano, y por tanto imperfecto.

Nuevo intento de foto, menos mal que ya no hay carretes.
Nuevo intento. Una que mira, otro con la boca torcida y el tercero de nuevo haciendo payasadas

Pobre iluso/a el que se piensa que está siempre en lo correcto, jamás se dará cuenta de sus errores


Hace poco comprendí que hay algunas madres/padres que piensan que sus hijos todo lo hacen bien, es alucinante que haya madres/padres con esa capacidad, y me alegro mucho por ellos, por esa seguridad. Pero os voy a desvelar un secreto que aún no saben: Nadie es Perfecto. Todos tenemos fallos, todos cometemos errores. Pobre iluso/a el que se piensa que está siempre en lo correcto, jamás se dará cuenta de sus errores. Hay que tener auto crítica y hacer examen de nuestros errores y de como mejorar. No es cuestión de ser inseguro o no tener autoestima, es cuestión de tener los pies en la tierra y aceptarse. Cuando aceptamos nuestros fallos somos capaces de mejorar.

Todos los días suelo hacer examen de conciencia y pienso en como puedo mejorar. Me paso el día corrigiendo a mis hijos y a mí misma, yo lucho contra mí, soy mi peor crítica, me invade la culpa por no haber hecho o dicho las cosas de otra manera. Lucho contra mi desesperación de ir siempre corriendo a todas partes, lucho contra el desánimo que a veces siento por no conseguir resultados, lucho contra la frustración que me genera que no me salga casi nada como lo había planeado, lucho contra la incomprensión que siento cuando me enfrento a gente perfecta que todo le sale perfecto, lucho contra un muro (TEL) que no puedo nunca derribar, en definitiva, voy guerreando ante despropósitos a los que me enfrento todos los días.

Solo quiero resaltar que ninguna de mis actividades como madre me sale perfecta, ¿será qué no lo soy?

Y reflexiono en como hacer mejor mi trabajo silencioso de madre, en como gestionar las emociones de mis hijos, en como reconciliar a mis niños, en como llegar a tiempo a todos. En definitiva, en como ser mejor madre y no morir en el intento. Esto no le pasa a las personas perfectas. Solo quiero resaltar que ninguna de mis actividades como madre me sale perfecta, ¿será qué no lo soy?, lo tengo más que asumido, hay días que alguno de mis hijos hace escucha activa y recibe mi mensaje y ese día es un triunfo, pero lo normal no es eso. O no les llega mi mensaje o no se como hacerles llegar la información adecuadamente.

Mis hijos son perfectamente imperfectos
Mis hijos son perfectamente imperfectos


Que difícil es educar, es agotador, y lo más difícil de todo es mantener el tipo y ser el mejor ejemplo. Que complicado es estar siempre correcta en todo, es imposible. No sé que hacéis vosotros pero yo me paso el día luchando con hacer lo que debo hacer en cada momento, y nunca lo consigo. Confieso que hay días que pienso para una hora que les queda despiertos me voy a relajar y disfrutar y voy a dejar mi papel de teniente O’Neil. Soy imperfecta y mis hijos también. La paciencia nunca fue mi fuerte, y hace falta mucha paciencia para educar, puedo afirmar sin equivocarme que la paciencia es una virtud y la mejor de las herencias.

» los niños que son buenos, se sienten bien»


Aunque es cierto que todos los días vamos avanzando, pero el camino es duro, todos los días trabajamos la autonomía, los valores, las responsabilidades, los deberes y lectura, el orden y limpieza, los buenos hábitos de alimentación y sueño, apagar las pantallas, y también trabajamos la bondad. Siempre les digo lo mismo a mis hijos,» los niños que son buenos, se sienten bien», y sentirse bien es alimento para el alma y la mente.

Mis hijos son perfectamente imperfectos, los quiero con todo lo bueno y con todo lo que tienen que mejorar, que es mucho, pero tenemos toda la vida para aprender.





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