¿Suerte o esfuerzo?

La Suerte

La suerte se desea y mucho, ¿Cuántas veces se la llama? ¿Cuántas veces se la busca? ¿Cuántas veces la habéis deseado a la hora de conseguir un trabajo? ¿Cuántas veces la habremos implorado a la hora de hacer un examen?

Recuerdo cuándo tenía un examen de la asignatura que fuera y me había estudiado la mitad del temario, apelaba a la suerte como una loca, y la suerte me daba un bofetón de realidad.

La señora suerte está muy ocupada, no quiere atender a ninguno de los que no perseveran para conseguir cualquier meta.

No digo que no exista, pero deja de pensar en la suerte y curratelo, eso me dice mi voz interior cada vez que he llamado a la suerte. Trabaja, aprende y práctica, y la suerte vendrá solita.

Olvida eso de culpar a la suerte o mala suerte cuando te ocurran cosas buenas o cosas malas.

Lo que está clarísimo es que no podemos dejar en manos de la suerte lo importante de nuestra vida

No digo que no exista, todos compramos décimos en Navidad y soñamos con que nos toque, hasta hacemos planes. Lo que está clarísimo, es que no podemos dejar en manos de la suerte lo importante de nuestra vida.

Hace poco hablaba con alguien que se sintió molesto cuando le decían la suerte que tenía en su vida. Y no me extraña que esta persona se sintiera sorprendida, al hablarle de su suerte. Cuándo te curras algo, sienta muy mal  que te digan esa frasecita de: -¡Qué suerte tienes!

Tiene narices saber que has trabajado duro y que te has privado de horas de ocio para conseguir tu objetivo y que te vengan diciéndo la suerte que tienes, puede resultar bastante insultante. ¿Por qué confundimos la suerte con la constancia? ¿Por qué confundimos la suerte con nuestra dedicación? ¿Por qué confundimos la suerte con el empeño que le ponemos a las cosas de nuestra vida?

El esfuerzo, el tesón y el trabajo no son suerte

Para toda esa people que piensa que todo se consigue con suerte, les digo No, No, No y cien veces No. El esfuerzo, el tesón y el trabajo no son suerte.

Más de uno deberíamos analizar nuestros objetivos personales y laborales y trabajar para conseguirlos, la teoría de la Ilusión del Iceberg describe perfectamente esta situación.

Hay veces que sólo vemos la punta del iceberg, mientras que debajo hay una gran masa de agua congelada, hay muchas ganas, muchas horas, muchas decepciones, muchos fracasos, muchas lágrimas y mucho tiempo para conseguir lo que uno quiere. El éxito no viene mediante la suerte, el éxito se consigue venciendo toda esa masa de agua congelada, que vamos escalando hasta llegar a la cima.

La Ilusión del Iceberg

Cuando las personas nos ocupamos, conseguimos logros y es de necios pensar que si esa persona ha conseguido un trabajo o tiene un buen entorno familiar, significa que ha tenido suerte.

La mayoría de las persona dedican tiempo, lo más valioso que tenemos. Dedican tiempo en formarse y en aprender.

Las personas que dedican todos los días tiempo a su familia, a su pareja, a sus hijos, para sembrar, después recogen el fruto, no es suerte es ocuparse. Puede que el fruto tarde en llegar, pero llegará.

La suerte podrá venir o no, pero lo que es cierto es que por norma general, lo que uno se curra tiene su merecido premio, puede ser pequeño o grande. Incluso puede que no llegue el reconocimiento, pero el tiempo dedicado te ha hecho crecer como persona y te ha hecho superarte, eso no te lo quita nadie, salgan o no tus objetivos el crecimiento personal, se queda.

No esperes tener una relación fantástica con tu pareja si no te ocupas de ella. Al igual que con los niños, hay gente que pensará que los niños son educados, buenos, cariñosos o amables, por un don divino, no nos equivoquemos hay que prestar atención, conocer cuál el la mejor forma de hablar con los niños, saber que decirles, cómo actuar, hay que consultar información de expertos, y nutrirse de lecciones, para alcanzar una buena relación con tus hijos. Todas las lecturas sobre educación que hago y todas las charlas a las que he asistido me han hecho reflexionar y las he puesto en práctica. Gracias a ello, he conseguido entender mejor a mis hijos y poder ayudarles a crecer como personas.

Si cuidas tu entorno y siembras, no podemos llamarlo suerte, es amar y deidicarse. Para alcanzar una buena relación con tu entorno no hay fórmulas mágicas, hay ganas, empatía, ocupación y dedicación. Esto no es suerte.

Me alegro mucho, que bien, te lo mereces

Antes también decía eso de que suerte tienes, ahora me parece un pensamiento muy infantil, la verdad. Y lo he cambiado por el: ¡Me alegro mucho, que bien, te lo mereces!

A seguir luchando todos los días por lo que verdaderamente te importa. La práctica hace la excelencia. Práctica todos los días y llegarán los resultados. La suerte se forja paso a paso. Y si la jugada no sale como esperabas, quedate con lo aprendido. Seguramente, tu esfuerzo ha inspirado a otras personas y no solo has aprendido, también has enseñado con ello.